dissabte, 24 de novembre del 2012

PROGRAMA 22 / RARE VELVETS (2a PARTE)






En la anterior entrada nos acercábamos a la discografía de una de las bandas más influyentes de todos los tiempos, The Velvet Underground, obviando el material que aparece en sus discos oficiales.  El culto que se ha ido generando desde la disolución de la banda ha ido creciendo exponencialmente a lo largo de los años.  Esto ha generado un aluvión de discos piratas y lanzamientos a posteriori que complementan los cuatro álbumes de estudio que llegaron a publicar en su corta trayectoria.  Y es que si la Velvet en su momento se avanzó a su tiempo y en consecuencia sus logros no fueron reconocidos cuando aún estaban activos, el rastreo de material inédito es toda una fuente de satisfacción para el aficionado, permitiéndole completar un puzzle, la historia de la banda, envuelta siempre en un halo de mitificación y misterio. Continuamos pues, desenredando el ovillo, escarbando, casi como febriles arqueólogos, en montañas de material acumulado, con el fin de exprimir al máximo uno de los legados artísticos más apasionantes del SXX, a día de hoy, no tan solo  decisiva influencia, sino que también son artefactos perdurables con el poder de transmitir intacto.

Empezamos el programa desempolvando un single que su compañía discográfica canceló en 1967 por su poco potencial comercial. Lo que debía ser el adelanto de su segundo largo (White Light/White Heat-Verve, 1967) se quedó en agua de borrajas cuando los directivos del sello escucharon anonadados la virulencia del material.  En la cara A, Lou Reed descerrajaba a bocajarro en "White Light/ White Heat" un fraseo vocal que describía con todo lujo de detalles el subidón provocado por las anfetas, con un estilo solo igualado por el Bob Dylan de "Subterranean Homesick Blues".  Pero es que en la cara B del extended play se encontraba "I Heard Her Call My Name", una primitiva andanada rock que fornica con el free-jazz, bañada en sucio feedback y que destapa el potencial que tenía Reed como guitarrista.  Ambos temas son aquí presentados en su versión mono, con mezclas alternativas a las que aparecieronen el Lp, lo que acentúa por partida doble el interés de las grabaciones.  En sonido mono se aprecian matices que en conjunto distancian los temas de lo que son en su versión stereo (el bajo de Cale es infernal, el piano en WL/WH es una pasada y los ritmos de batería de Moe Tucker son de los más cavernícola en la modalidad mono, que es como fueron registrados).  Además, es sabido que Lou Reed alteraba los másters en stereo cuando todos se iban a casa para ponerse en primer plano por encima de la banda, con lo que la escucha de este single (grabado en los Mayfair Recording Studios de Nueva York en septiembre del 67 con producción de Tom Wilson y el habitual Gary Kellgren a los controles) cobra especial relevancia.  Afortunadamente, a pesar de ser cancelado en su momento, recientemente Sundazed Records publicó una apetitosa caja con todos los singles en los que los Velvet trabajaron durante su existencia como banda activa. Todos en riguroso mono, lo que favorece a descubrimientos tan maravillosos como la melancólica viola de Cale en "Here She Comes Now", tapada en su versión estéreo y reluciente y vigorosa en su edición en mono. También grabado en la misma época que los temas comentados, es "Here she..." la única concesión con potencial comercial que la Velvet da a su compañía con su segunda rodaja.  Quizá por ello acabó sustituyendo a "IHeard her..." como cara B del single que al final supuso "White light...".  El bueno de Cale customizó su instrumento con cuerdas de mandolina consiguiendo ese sonido tan característico que flota durante todo el tema, convirtiendo su viola eléctrica en una segunda voz.

Y ahondando en el período White Light/White Heat, rescatamos una grabación en directo extraída de un bolo en el Gymnasium de NY, fechada en abril del 1967, que más adelante serviría de base musical para "The Gift", pieza de resistencia de su segundo disco, en el que Cale recita un retorcido cuento de Reed por el canal derecho de los altavoces mientras la banda desgrana una arrastrada música insuflándole aires jamarosos al sonido Motown (no en vano, en sus inicios la canción era presentada como "Booker T".

Eran tiempos convulsos en el seno de la banda.  Warhol, que los sacó del anonimato y les animó a ponerse en marcha, fue despedido por Reed.  Reed y Cale chocaban continuamente, no se ponían de acuerdo con lo que debía ser la nueva dirección de la banda después del fracaso de su debut, el disco de la Banana. Lou pretendía componer canciones más accesibles, llegar a más público, facturar temas de rock´n´roll con regusto poppy para satisfacer las necesidades del caprichoso aficionado pop. Por su parte, Cale, cada vez más arrinconado (el sustituto en labores de management de Warhol, Victor Sesnick, no lo podía ver en pintura y Reed luchaba abiertamente con él por hacerse con el liderazgo exclusivo d ela nave), luchaba por mantener el sonido radical de la banda: crear caos orquestales que sirvieran de fondo a las incisivas letras de Reed. El galés no tardaría en seguir los pasos de Warhol y de Nico (que dejó la banda para probar suerte con su carrera en solitario grabando el excelente Chelsea Girls, descontenta con el papel que se le otorga en la banda, reducido a cantar un limitado número de canciones).  A veces de las tensiones internas entre músicos surgen resultados artísticos extraordinarios. Eso fue lo que ocurrió con WH/WL, el canto del cisne de la primera formación de la Velvet. Es su disco más poderoso y desquiciado, y a pesar de los malos rollos internos a raíz de la lucha de egos, refleja a un grupo en estado de gracia creativo.

Aún antes de la partida de Cale, los Velvet se reunieron de nuevo en el estudio con la intención de grabar un par de singles para satisfacer a su discográfica y de paso compensarles por la entrega del material flamígero y depravado que contenía WL/WH. ¿Un gesto de buena voluntad o una broma macabra? Cuando escuchéis "Stephanie Says" os quedaréis con la primera opción.  El tema es una suerte de hermana pequeña de "Sunday Morning", una preciosa gema pop donde la viola flotante de Cale y el zeleste tiñen la pieza de esa característica y melancólica decadencia que se impone en las baladas de la Velvet. La protagonista trata de congelar sus sentimientos para anestesiarse contra el dolor y de la canción salen unos versos que más adelante Reed utilizará en su carrera en solitario (it´s so cold in Alaska...).  Pero si escucháis lo que se supone debía ser la cara A del single, "Temptaion Inside Your Heart", y a sabiendas que los Velvets eran muy irónicos, no es extraño pensar que su compañía los mandase a tomar por culo de una vez por todas. "Temptation..." es un tema que muestra el lado simpático de unos músicos con fama de tomarse demasiado en serio.  Es un número de doo-woop estúpidamente divertido, un homenaje velado a la motown salpicado de continuas bromas y guiños entre músicos que salpican la canción. Ambos temas (registrados poco después de la publicación de WL/WH y producidos por el grupo)  fueron enterrados en oscuros cajones después de ser desestimados por Verve y han sido rescatados veinte años después en el recopilatorio VU. Ambos los podréis escuchar en su versión mono en este programa.

Érase una vez un avispado e inquieto teenager llamado Lewis Allen Reed...

A diferencia de la mayoría de adolescentes americanos que crecieron en los años 50, Lou Reed estaba más concentrado en ampliar su concepción del mundo que en pasárselo bien.  Vivía permanentemente para cuestionar la autoridad y ser un poco escandaloso, rebelándose contra la figura de sus padres y considerado en su entorno una persona ligeramente excéntrica.  Creció en una sociedad republicana y conservadora, en el barrio de Freeport, Long Island, por lo que el joven rebelde encontró diversos motivos de descontento dentro de los confines típicamente retrógrados de su vecindario.  Se crió en el seno de una familia judía, junto a sus padres y su hermana pequeña.  Desafíó los convencionalismos y pronto encontró en la música una válvula de escape al aburrimiento y al encapsulamiento al que le sometían las expectativas que en él habían depositado sus padres, que tan solo veían a un futuro médico o abogado.  Su pasión por el rock unida a la afición a pavonearse por los pasillos de su casa desfilando con la ropa interior de su hermana llevaron a papá y mamá Reed a tomar medidas drásticas.  Fue internado con apenas 16 años en una institución psiquiátrica para recibir el terapia de electroshock en  un intento desesperado por devolver a su hijo a la normalidad.  Aparte de las secuelas irreversibles que provocó en el cerebro de Reed, el tratamiento fue un absoluto fracaso.  De aquella época, a nivel de producción de musical, podréis escuchar en el programa la canción "So Blue", que Reed grabó con unos colegas del barrio, con los que montó un grupo llamado The Shades (1954).

Más tarde ingresaría en la Universidad de Syracuse, donde cursaría estudios de periodismo y escritura creativa.  Allí empezó a cultivar una imagen de outsider y se concentró en sus aficiones, la música y la literatura.  Montó su propio programa de radio, que tituló Excursions on a Wobbly Rail ("Excursiones en un raíl bamboleante"), llamado así por el tema de Cecil Taylor, que también hacía de sintonía del espacio radiofónico.  En él pinchaba material de los músicos de vanguardia del free-jazz, gente como Archie Sheep, Ornette Coleman, John Coltrane o Don Cherry; también sudoroso R&B, cosas como Hank Ballard, James Brown; también dejaba entrever su afinidad con ell rollo tipo Marvelettes; y cómo no, su adorado Dion, el rey del doo-woop de NY.  Si a esto le añadís el Theatre of Dreams de LaMonte Young y sus Dream Syndicate que más tarde llegaría a sus orejas vía John Cale y lo agitáis bien fuerte encontraréis sin duda las claves del sonido de la Velvet.  Además, en aquellos primeros años 60, en los campos universitarios impactó con fuerza el primer álbum de un jovencísimo Bob Dylan, con el que poco después Lou Reed competiría por el título de mejor poeta del rock.  Lou se quedó tan prendado del debut del de Duluth que incluso se compró una armónica y un aplique para poder tocarla junto con la guitarra acústica.  Poco después abandonó el invento, pues quería evitar las comparaciones entre ambos y ser algo más que uno de los muchos sucedáneos que de Dylan que proliferaban en aquellos tiempos (¿Lou Red cantautor protesta? NOoooh! jajaja).  Pero no solo se nutría de música, claro; era un gran admirador de escritores de los que absorvió con gran diligencia su legado.  En aquellos tiempos Hubert Selby publicaba Última Salida de Broocklyn (rastread su influencia en "Sister Ray", por ejemplo),  William Borroughs se descolgaba con El Almuerzo Desnudo y el jovencito Lou Allen leía sin descanso a Kerouac y toda la generación Beat, Dostoievsky y andaba obsesionado con los cuentos y las poesías de Edgar Allan Poe.  Por si fuera poco, en Syracuse, su profesor de escritura creativa era Delmore Schwarz, que acabaría convirtiéndose en su mentor, un prometedor escritor que acabó sus días alienado en su propia locura, que ha dejado para la historia el inquietante cuento Las Responabilidades Empiezan con los Sueños y que estableció una gran amistad con Lou, sirviéndole de inspiración y motivándolo a trabajar en sus propios escritos (cinco años más tarde Lou dedicaría "European Son" en el debut de la Velvet y ya durante su carrera en solitario homenajeó la figura de su profesor en el grandioso disco The Blue Mask).  En sus tiempos de universitario el joven judío de Freeport escribió el cuento que más tarde musicaría y recitaría en White Light/White Heat John Cale, The Gift, le escribió una preciosa canción a Shelley, su primera novia, que años más tarde aparecería en Loaded,"I Found a Reason" y haría algunos esbozos que en un futuro no muy lejano le serían muy útiles para desarrollar su carrera como animal del Rock and Roll.  Y es que mientras en universidades como la de NY o Boston proliferaban los cantautores protesta, el azar quiso que en Syracuse Lou conviviera con unos cuantos jóvenes que en poco tiempo se convertirían en protopunks, montando bandas que despuntaron a mediados de los 60, como Felix Cavalieri (The Young Rascals), Mike Esposito (The Blues Magoos), Garland Jeffreys (que más tarde tocaría en el debut de Cale en solitario-Vintage Violence) y Peter Schamptfel (que lideraría a los pioneros folk-rockers Holy Modal Rounders ).  En su periplo en el campus Lou montó algunos grupos en los que participaron Richard Mishkin (que en los primeros tiempos de la Velvet tocó el bajo en algunas actuaciones) y Sterling Morrisson, que fue presentado a Lou por Jim Tucker, hermano de Moe, y que en aquella época estaba pillado por el material más oscuro procedente del blues y el R&B de Ike&Tina Turner.  Moses and His Brothers, Pasha and the Prophets, L.A. (abreviatura de Lou Allen, nombre artístico de lulú entonces) And the El Doradoes (en este programa suena su tema "Your Love") eran algunos de los nombres aque utilizaban en sus actuaciones para fraternidades, inauguaciones de supermercados y fiestas universitarias varias.

Los tiempos de Pickwick Records...

Cuando Lou acabó sus estudios superiores volvió a casa y rechazó la oferta que le hizo su padre de trabajar para la mepresa familiar y convertirse en un hombre de provecho. Por el contrario, aceptó un empleo como compositor en Pickwick Records, cuya sede se encontraba en un siniestro callejón de Coney Island.  La compañía estaba especializada en en discos muy comerciales que explotaban los estilos qeu triunfaban en aquella época, el hot rod, el mersey beat y el surf, y Lou se pasaba el día componiendo a plazos, en un estilo de vida, que si bien no le permitía grabar sus propias composiciones, le daba la posibilidad de conocer los entresijos del negocio.  Un día a Lou se le ocurrió una canción delirante que a los ejecutivos de Pickwick les pareceió una buena oportunidad para obtener cierta repercusión en las listas. El tema se titulaba "The Ostrich" y contenía frases del tipo "Pon la cabeza en el suelo y que alguien te la pise" (Lulú se estaba adelantando diez años al punk sin saberlo) y los capos de Pickwick estaban convencidos en que "el baile del avestruz" podría convertirse en el baile de moda.  El problema era que no tenían músicos para llevar el proyecto adelante con actuaciones en directo, pero el destino y el azar se conjugaron para que en una fiesta en el Village Terry Phillips, directivo de la compañía, conociera a unos freakies con buenas pintas de rockeros: Tony Conrad y John Cale.  En aquellos momentos los dos estaban metidos en el rollo de la vanguardia, colaborando en Theatre of Dreams de LaMonte Young y su Dream Syndicate.  A ambos le pareció divertido seguirle el rollo y reclutaron a otro colega, Walter Di Maria, para apoyar a Lou Reed bajo el nombre de The Prmitives en la promoción del single "The Ostrich", que en la cara B contaba con "Sneaky Pete", un ruidoso número de R&B.  Finalmente, el disco no triunfó, pero de esa casuialidad del destino nacería una amistad entre John Cale y Lou Reed, que también se materializaría en una complementariedad creativa de resultados imperecederos.

En el 56 de Ludlow Street...

...Jonh Cale compartía piso con Tony Conrad, en un edificio donde vivían otros jovenzuelos de vida bohemia que se dedicaban a tiempo completo a desarrollar sus dotes artísticas y ponerse ciegos.  Angus MacLise (imaginativo percusionista que también ensayaba con La Monte y se dedicaba a hacer audiovisuales) y Piero Heliczer, cineasta underground, también vivían ahí.  Cuando Conrad se largó del piso dejando una vacante, Lou aprovechó la situación para irse de casa de sus padres e irse a vivir con Cale.  Como Walter Di Maria también se había marchado, le pidieron a MacLise que se uniera a ellos tocando la batería.  Para sustituir a Conrad el destino también jugó sus bazas y Lou reconoció en un tipo que andaba descalzo recogiendo colillas en el metro a Sterling Morrisson.  Y así se conjugó la primera alineación de la Velvet Underground, que en aquellos tiempos se hacían llamar The Warlocks (mismo nombre que tomaron en la costa oeste los Grateful Dead en sus inicios) y The Falling Spikes.  En el piso de Ludlow grabaron algunas demos con la intención de que Cale las distribuyera por Londres en uno de sus múltiples viajes a Europa.  En el programa suena una descacharrante versión de "Waiting for the Man" en la que Lou toca la armónica y Cale ataca con violencia con su viola al final del tema.  Estamos hablando de algo que ocurrió en 1965.  Un día, Tony Conrad fue a visitar a sus amigos y subió al piso un libro que encontró tirado en la alcantarilla.  Lo había escrito Michael Leigh, y llevaba por título The Velvet Underground.  Por fin ya habían encontrado un nombre adecuado a sus pretensiones.  Además, a través de Piero Heliczer (que en alguno de los primeros bolos de la Velvet tocó el saxo), entraron en contacto con el mundo del cine underground y consiguieron actuaciones poniendo música a las películas que se proyectaban en la Cinematheque que regentaba Jonas Mekas, participando también en algunas bandas sonoras y en performances que los situaban detrás de las pantallas de cine mientras se presentaban películas en shows multimedia que se adelantaban a lo que más tarde harían con Andy Warhol en Andy Warhol: Up-Tight o en el Exploding Plastic Inevitable.

Gracias a estas actuaciones, en las que ya tocaban "Heroin", "Venus in furs" y otras joyas de su repertorio que alternaban ruidosas cacofonías, llamaron la atención de Al Aranowitz, que les consiguió algún concierto que daría al traste con el futuro de Angus MacLise en el grupo: "¿Pactar una retribución económica y empezar y acabar a una determinada hora para dar paso a otra banda? Y una mierda, yo lo dejo".  Bienvenida Moe...

Aranowitz, crítico musical que tenía una influyente columna en un diario de referencia y contactos con Dylan, los Stones y Brian Epstein les aconsejó curtirse tocando en directo como banda residente de algún club, y así fue como les encontró curro en el Cafe Bizarre, un local para turistas conocido en NY por sus asquerosos helados, donde un buen día Barbara Rubin (colaboradora en la Factory) los conoció justo en el momento en que Andy Warhol empezó a tener interés en el mundo del rock. Pero eso es otra parte de la historia, que en todo caso contaremos en otro momento.  Ahora, si os apetece, dadle al play.  LA MÚSICA HACE MOVER EL CUERPO Y LAS PALBRAS VAN AL CEREBRO. PLAY IT LOUD!!!





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