diumenge, 1 de febrer del 2015

BURROUGHS

"GAMBERROS ADOLESCENTES TOMAN POR ASALTO LAS CALLES DE TODAS LAS NACIONES.  IRRUMPEN EN EL LOUVRE Y ARROJAN ÁCIDO AL ROSTRO DE LA GIOCONDA. ABREN LAS PUERTAS DE LOS ZOOS, MANICOMIOS, CÁRCELES, REVIENTAN LOS CONDUCTOS DE AGUA CON MARTILLOS NEUMÁTICOS, ROMPEN A HACHAZOS EL SUELO DE LOS LAVABOS DE LOS AVIONES COMERCIALES, APAGAN FAROS A TIROS, LIMAN LOS CABLES DEL ASCENSOR HASTA DEJAR UN SOLO HILO, CONECTAN LAS ALCANTARILLAS A DEPÓSITOS DE AGUA, ARROJA TIBURONES Y RAYAS, ANGUILAS ELÉCTRICAS Y CANDIRÚS A LAS PISCINAS (...) IRRUMPEN VESTIDOS CON BATA BLANCA EN HOSPITALES LLEVANDO SERRUCHOS Y BISTURÍES Y HACHAS DE UN METRO DE LARGO; SACAN A LOS PARALÍTICOS DE SUS PULMONES DE ACERO (IMITAN SUS AHOGOS REVOLCÁNDOSE POR EL SUELO CON OJOS DESORBITADOS), PONEN INYECCIONES CON COMBAS DE BICICLETA, DESCONECTAN LOS RIÑONES ARTIFICIALES, CORTAN A UNA MUJER POR LA MITAD CON UNA SIERRA QUIRÚRGICA DE DOS MANOS, METEN PIARAS DE CERDOS GRITONES EN LA BOLSA, CAGAN EN EL SUELO DE LAS NACIONES UNIDAS Y SE LIMPIAN EL CULO CON TRATADOS, PACTOS Y ALIANZAS"

                                                                          William Burroughs, The Naked Lunch



Il·lustració de Lluís Ràfols ( www.mongelechiche.com )

Este pasado 2014 hubiera cumplido 100 años.  Llamadle Burroughs.  Aunque otros lo conocen como Old Bill, otros Bull Lee, El Predicador, El Cura, El Hombre Que Nunca Estuvo Allí, El capitán de un metro repleto de fumadores de hash, Lonesome cowboy Bill, El Hombre impuntual, El Gurú, El Pigmalión o el Yonki, además de Monje Interestelar y El hombre Invisible.


Desde el rincón de la República Invisible rendimos tributo a un tiparraco de mucho cuidado, cuyo centenario, puestos a celebrar todo tipo de gilipolleces todos los días, no podemos dejar que pases por alto.  El peso de su obra podría partirte el espinazo; su influencia puedes rastrearla en un montón de tus artistas favoritos.  Te invitamos a sumergirte en su particular e inquietante universo durante una hora. Solo dale al play del podcast que está al pie de la publicación.  El programa es más un collage montado como una estructura de vasos comunicantes por los que fluyen música, poesía, ruído que una biografía al uso.

Describirlo como una figura (contra)cultural transgresora e inclasificable podría ser un buen principio para un acercamiento descriptivo desde el punto de vista narrativo llegado el momento de presentar un poco mejor al personaje.  Pero tratándose de Burroughs, tales adjetivos son a todas luces reduccionistas, demasiado trillados, sin significado; peligrosos incluso por abrazar el discurso de la pornográfica postmodernidad de estos tiempos que ya ni siquiera nos pertenecen.  No convirtamos de antemano a alguien como Burroughs en un artefacto, un mero producto catalogable en base a parámetros preestablecidos que puedes encontrar en determinadas (y selectas) estanterías. Su obra siempre estuvo fuera del marco de la cultura oficial, se aseguró siempre de estar al margen; todo fenómeno de masas es rentable, pero Burroughs y sus creaciones siempre se movieron en el underground, para la mayoría fue un desconocido, pero su huella prendió transversalmente en todas las formas culturales que vendrían después. Mejor no dejar su pensamiento en manos de cuatro capullos pretenciosos que no saben ni mear con la suya y tratar de sumergirse en él libre de prejuicios. que no te lo expliquen, vívelo por ti mismo. Por eso escribo esto, para tratar de compartir algo contigo que merezca la pena.  En un escenario de encaje estilístico y erudición académica podría ocurrir que el mensaje de Burroughs llegara al resto de los mortales con un envoltorio tal que perdería su fuerza y relevancia, transformándose en mera fórmula fagocitada por el sistema cultural imperante, consumido por esnobs y listillos de pacotilla, como un Gin Tónic.  No hay autocomplacencia en Burroughs y sí mucho de hurgar en las propias heridas en busca de respuestas y significados ocultos. No esperes digerir su obra como si fuera un queso de cabra francés regado con una espumosa con mucho cuerpo.

"Todo hombre arrastra consigo el virus que amenaza con destruirle. La batalla más importante es la que se libra en nuestro interior"

La voz de Burroughs se eleva desde la inmundícia social y la mala vida parar cambiar el curso de la historia del arte de manera irrevocable.  Su vida proscrita, depravada, libre de normas, combinada con la escritura, merece ser destacada y reivindicada.

YONKI

De orígenes aristocráticos, nacido en St Louis, no tardó en convertirse en la oveja negra de su familia, despreciando los valores conservadores que su linaje trataba de perpetuar.  Sintió la necesidad de rebelarse y no tardó en abrazar un modo de vida disoluto que no tardaría en conectarlo con las capas más bajas de la sociedad.  En sus primeros tiempos de consumidor de heroína contaba con la ayuda de su médico, que le dispensaba morfina de buena calidad gracias a recetas que podía pasar a recoger en las farmacias.  Eran otras formas de consumo y otras leyes.  Pero se fraguaban cambios.  El fervor prohibicionista de los años 30 provocó un cambio de hábitos y un cambio en la sociología de las drogas.  Antes de estos cambios, el consumo estaba acotado a las clases altas con posibles, y los propios médicos eran los consumidores más habituales;  con las nuevas leyes y el cambio de perspectiva llegaron la enfermedad y la marginalidad.  Lo que antes era proveerse legalmente de morfina y opiáceos a bajo coste y  control de calidad contrastado dispensado en farmacias con receta médica se transformó en la aparición del mercado negro, la figura del camello y las drogas adulteradas.  El usuario de jaco se convierte en alguien perseguido, enfermo y depravado y Burroughs es quizás el primero que muestra este despropósito, vigente aún hoy día, en su primera novela: Yonki.

Su adicción lo convirtó pues en un ser marginal y perseguido; lo condujo al lado oscuro-salvaje de la vida, introduciéndolo en la delincuencia para satisfacer sus necesidades de consumidor de largo recorrido; se ve como un número más en los datos epidemilógicos de adictos al jaco dispensados por las autoridades competentes.  No es extraño que el tipo transmite la sensación de paranoia en sus escritos, de sentirse continuamente perseguido.  Obsesionado siempre por el control, solo bajaba la guardia o suspendía la vigilancia cuando se inyectaba.  Quizás esta sea la ecuación de la droga que subyace de su primera novela.  Quizás por eso, con un estilo minimalista, anti-poético y marginal describe las andanzas del protagonista (él mismo) de Yonki.  La cosa estaba muy cruda, mejor explicarlo sin tapujos, a bocajarro, sin florituras innecesarias que distraigan al lector de lo que realmente importa.  La novela fue publicada en 1953 por Ace Books y escrita bajo la tutela del gran poeta beat Allen Ginsberg, que contribuyó en el redactado final, mientras vivía en Méjico con su mujer, Joan Vollman.  (Al bueno de Will no le iban demasiado bien las cosas en New Orly, su necesidad de pillar y su gusto por los jovenzuelos hacían imposible su encaje en las consevadoras y rígidas leyes que sustentaban las virtudes de las barras y estrellas, así que cruzó la frontera en busca de una mayor libertad que le permitiera compatibilizar sus libros con su vida libertina).

El protagonista de Yonki decide libremente simplificar su vida hasta límites insoportables para huír de las preocupaciones y alegrías del resto de los mortales.  Si solo tienes un objetivo en tu cabeza (saciar la sed de droga), todo lo demás deja de tener relavancia.
"La sociedad inventa una lógica falsa y retorcida para absorver y canalizar la manera de ser de la gente cuyo comportamiento está fuera de los cánones mayoritarios (...)  El hecho de rechazar lo que ellos tienen para ofrecerte, te convierte en una señal de su propio fracaso que reprimirán por intolerable.  Elígenos a nosotros. Elige a la vida. Elige pagar hipotecas; elige lavadoras; elige coches; elige sentarte en un sofá a ver concursos que embotan la mente y aplastan el espíritu, atiborrándote la boca de puta comida basura. Elige pudrirte en vida, meándote y cagándote en una residencia, convertido en una puta vergüenza total para los niñatos egoístas y hechos polvo que has traído al mundo. Elige la vida".

                    "Elijo no elegir la vida".

                    "Nunca hay ningún verdadero dilema con el jaco.
                    Solo los hay cuando se acaba".

                                                           Irvine Welsh, Trainspotting


Con el álgebra de la necesidad,  Burroughs expresa la reducción del mundo operada por el adicto contemporáneo.  La complejidad de metas, relaciones y valores se simplifica hasta quedar reducida a dos cosas: patear la calle en busca de droga y administrársela.  El adicto tienen sus propios rituales y liturgias.  Yonki presenta por vez primera en todo su estrepitoso esplendor al estereotipo de adicto que hoy tenemos, no exento de un aura de romanticismo (por la rebeldía inherente a su conducta, por resistirse a las formas y valores imperantes y por ser un fuera de la ley).  Este aura de decadencia, unido al estigma que acompaña al yonqui, será objeto de atención desde Burrouhgs y muchos artistas se han visto seducidos en mayor o menor medida por la figura de estos outlaws.  "Heroin" de la Velvet es un claro ejemplo, recogiendo en el ámbito musical la crudeza de los libros de Burroughs (aunque mi canción burroughsiana preferida de la velvet es sin duda "Lady Godiva´s Operation"); también lo es el "We Will Fall" de los Stooges ("Era horrible tío", dijo Ron Asheton al respecto de la canción."Mis colegas me decían que encendían velas en el lavabo, llenaban la bañera y escuchaban una y otra vez el tema mientras se picaban"); para "figura romántica" la de Johnny Thunders, o la de Sid Vicious, esclavos de una profecía de autocumplimiento que los ha convertido en trágicas leyendas del rock como tantos y tantos y tantos otros que se quedaron demasiado pronto por el camino.  En el cine encontramos multitud de ejemplos (el propio Burroughs interpretándose a sí mismo en Drugstore Cowboy); la síntesis que hace de Borroughs y Selby Darren Aranofsky en Réquiem por un sueño, adaptación de la novela del segundo a ritmo del primero; y en literatura un poco más arriba ya lo habéis visto: Mark Renton, otra figura "encantadora" donde-las-haya, un producto de años y años de hipocresía frente al problema de la droga, denominado problema por el hecho de que los gobiernos de las grandes naciones (con minúsculas) siempre han sido los primeros interesados en que haya proliferación de adictos para así incrementar el control social y el miedo, el castigo, mostrándonos a través del despojo que es el adicto, en lo que nos podemos convertir si nos desviamos de lo que se espera de nosotros. El estigmatizado como cabeza de turco.  Que se lo pregunten a los Eskorbuto; o a los protagonistas de Deprisa Deprisa, la cumbre del cine español quinqui que a principios de los 80 retrató las barriadas industriales de la periferia de las grandes ciudades del estado, donde ser joven ya establecía de por sí un delito virtual.

"Todos los sistemas de control se basan en el binomio castigo-premio.  Cuando los castigos son desproporcionados a los premios y cuando a los patrones ya no les quedan premios, se producen las sublevaciones"

Día de Acción de Gracias
28 de novimebre de 1986
WILLIAM S. BURROUGHS

Gracias por el pavo y las palomas destinadas a ser defecadas por las saludables tripas americanas.
Gracias por un continente para envenenar y destruir.
Gracias por los indios, por proporcionar un reto levemente peligroso.
Gracias por las manadas de bisontes para asesinar, desollar y abandonar sus cadáveres a la putrefacción.
Gracias por las fronteras, por los lobos y los coyotes.
Gracias por el sueño americano, por vulgarizar y falsificar hasta hacer brillar la más pura mentira.
Gracias por el Ku Kux Klan, por sus matanzas de negros y por las muescas en las pistolas de los hombres de la ley.
Gracias por las mujeres decentes y beatas con sus rostros ruines, viles y llenos de amargura.
Gracias por ls pegatinas Mata a un Marica por Cristo.
Gracias por la edad de los laboratorios.
Gracias por la prohibición y la guerra contra las drogas.
Gracias por un país donde nadie puede ocuparse por sus propios asuntos.
Gracias por un país de esquiroles.
Sí ¡Gracias por tantos esfuerzos!
¡Muy bien, muestra tus brazos!
Siempre fuiste un dolor de cabeza y siempre fuiste un aburrimiento.
Gracias por la última y mayor traición del último y mayor sueño de la humanidad.

Para John Dillinger, con la esperanza de que aún siga con vida.



Tras publicarlo bajo pseudónimo, Willian Lee, su debut literario, Yonki, debió sortear la censura de los tiempos, vendiéndose como una pulp-novel con nota introductoria de carácter moralista escrita por el propio Burroughs,  persuadido por su editor, Carl Solomon.  Acto seguido, todavía en territorio azteca (estamos en los primeros años 50) escribe su segunda novela, Queer (Marica), que en general tiene un carácter más sentimental y retrata las experiencias homosexuales del autor.  Drogadicto y homosexual, se aferró a una feroz individualidad que permanentemente era amenazada por el sistema capitalista, por las relaciones de poder que éste establece con las personas, recortando libertades a través de la puesta en marcha de complejos y eficientes mecanismos de control social.  En Méjico, viviendo con Joan, se sentía más a salvo del aparato represor que acechaba contínuamente a los que no se rigen por la moral imperante.  Todo iba bien para Will, pero el destino, en forma de absurda tragedia inexorable, se cebó en él.  Su pasatiempo favorito eran las armas (cuestionable, sí, pero al viejo Bull Lee no le gustaba que solo los gobiernos tuvieran el monopolio armamentístico, igual que tampoco le molaba que controlaran todos los templos del conocimiento).  Un mal día, Burroughs bebía junto a unos amigos en el patio de casa y tuvo una idea.  Juguemos a Guillermo Tell.  Fue a buscar su arma y le pidió a Joan, su mujer, que se colocara un vaso en la cabeza.  Will quería mostrar su perícia pero su disparó no tocó el vaso y la bala se llevó la vida de Vollman.  Old Bill descubrió a partir de ese momento que la presencia fantasmagórica que siempre había notado cerca de él estrechaba el círculo, el fantasma de Joan acrecentaba la sensación de paranoia de ser dirigido por fuerzas ajenas a su voluntad que actuaban implacables cebándose en su destino.  Además, tras el trágico accidente, el caso tuvo repercusión y no estaba claro que Will pudiera volver a los Estados Unidos en una larga temporada.   La huída hacia adelante lo llevó a recorrer Sudamérica en busca de la Ayahuasca, planta medicinal de potente efecto cognitivo que contiene la telepatina, un principio activo que permitiría hipotéticamente comunicarse mediante telepatía a las personas.  Esta época esta muy bien documentada en el libro del propio autor, Las Cartas del Yagé, que son una recopilación de la correspondencia que mantenía con Ginsberg durante su estancia en Sudamérica...

...para acabar apareciendo en Tánger tras un breve paso por Nuevo York y servir de catalizador a la llamada Beat Generation.  En Tánger, escribió The Naker Lunch, El Almuerzo Desnudo, mientras vivía uno de los períodos más disolutos de su agitada existencia, entregado a las pasiones y esclavo de ellas, hipersensible a las necesidades de un cuerpo que siempre pedía más y una mente decidida a sumergirse en las profundidades más escabrosas de su ser.

The Naked Lunch podría ser leído como un "manual de bricolaje".  A diferencia de sus dos primeras novelas, que presentaban una narrativa lineal, en este no-libro Burroughs presenta una colección de textos de carácter fragmentario que se alejan en su no-forma del modelo convencional de novela. Pagarías por ver la jeta de Kerouac mientras, en una visita que hizo al Cura cuando éste se estaba desintegrando en Tánger, mecanografiaba el texto que Burroughs había dejado listo.  Menudo texto...Su autor pasaría de ser uno de los renovadores de la literatura americana a convertirse en su piedra angular.  La censura retrasó la publicación del libro, que por fin vio la luz el año 1959 en Francia, gracias a la osadía de Olympia Press.  Hasta su publicación en Estados Unidos aún deberían pasar unos cuantos, durante los cuales, el manuscrito del libro fue perseguido por obsceno.  La prensa underground y revistas universitarias reprodujeron sus capítulos clandestinamente  y un aura de culto empezó a sobrevolar a Burroughs, que obtenía si cabe más publicidad para su infame criatura cuando el libro fue juzgado por atentar contra la moral en Boston.

El Almuerzo Desnudo es brutal, obsceno y repugnante por necesidad.  No nos engañemos, la enfermedad, la degradación del cuerpo puede contener detalles repulsivos no aptos para estómagos sensibles.

"Había llegado al final del trayecto de la droga...hacía más de un año que ni me bañaba ni me cambiaba de ropa".

Burroughs reinventa su método de escritura y crea escenarios, "interzonas", pobladas de conceptos abstractos, desnudos como fórmulas algebraicas, reducidos a estiércol negro y a un par de cojones envejecidos. Puedes penetrar en las interzonas a través de cualquier punto de intersección, es decir, no es necesario que abras el libro por la primera página para empezar a leerlo.  Una lectura al azar resulta igual de reveladora.  Tras el aparente caos y filtrándose a través de diversas capas de mugre y fluidos putrefactos varios, emerge una suerte de orden secreto, de armonía que dota de sentido al misterioso y hostil conjunto.  No se respetan las convenciones espacio-temporales.  Nada es verdad, todo está permitido.  Los personajes que habitan la Interzona improvisan en un abanico de posibilidades ilimitadas.

EL VIRUS:  LA PALABRA /  LA PALABRA:  EL VIRUS

El Viejo odiaba el control, deseaba agitar conciencias para debilitarlo.  La principal fuente de poder de los opresores es la palabra.  Por ello desarrolló una particular teoría. La palabra y por extensión el lenguaje son un virus que en algún momento de la evolución se injertó en el ser humano, a partir de una mutación con posible orígen alienígena.  Esto último te puede hacer arquear las cejas, claro, pero no puedes negar que la cosa, en su base, tiene sentido.

"Trata de contener tu discurso interior, trata de conseguir ni siquiera diez segundos de silencio interno.  Te encontrarás con un organismo que te fuerza a hablar.  Ese organismo es la palabra.  En el inicio fue la palabra.  ¿En el inicio de qué exactamente?

                                                        The ticket that explodes,  William S. Burroughs

Si en última instancia la palabra es una forma de control.  ¿Quién controla el código fuente?

"El lenguaje actúa como un virus altamente pregnante y contagioso que invade las conciencias y se replica entre ellas orientándolas en función de los intereses de un agente extraño".   "El lenguaje es la herramineta más perfecta y sofisticada de control que propicia la dominación de quiénes conocen el código fuente sobre los que simplemente interaccionan como usuarios.  El control está inscrito en este código, quienes lo poseen son los que someten".

Y también (glups! me suena de algo, esto realmente está pasando)...

"las nuevas tecnologías de la comunicación de masas introducen un plano más en este juego de mediaciones, creando una pantalla universal en las que todos quieren verse reflejados y que estipula un nuevo principio de realidad que se impone ante cualquier tipo de experiencia viva.  QUIERO PARECER QUE SOY LO QUE NO SOY PORQUE DEBERÍA SERLO Y PARA QUE LOS DEMÁS VEAN LO MARAVILLOSO QUE ESTOY SIENDO.  ME MUESTRO A LOS DEMÁS COMO LA REPRESENTACIÓN IDEAL DE QUIÉN QUERRÍA SER Y NO SOY.  Ahí radica uno de los sistemas de alienación más efectivos e indudablemente esto está pasando. ¿Realmente te gusta?  El Predicador opina que podrías meterte tu jodido pulgar levantado por el recto, no te quepa la menor duda."

Volviendo al lenguaje...¿sería válida una forma de revolución que subvirtiese sus significados, que destruya su línea base devastando su lógica opresora?  Tras El Almuerzo Desnudo, los textos de Burroughs se vuelven caóticos, de sus palabras se derivan azarosos significados ocultos, y aún así, parece ser que el Cura dice exactamente lo que quiere decir en cada momento (creo que de entre todos sus apodos, y os lo dice un experto en poner motes, el de Cura es el que más  mola; tiene un punto tierno, como el cuento que él mismo escribió, "Le llamaban el cura",  en el que se refleja, por una vez, repleto de bondad y generosidad infinitas, atendiendo nuestras debilidades más profundas, mirando directamente nuestro alma, compadeciéndose sinceramente de nosotros, tendiéndonos una mano en el momento en el que lo necesitamos; es el agua que puede aplacar nuestra sed, es el Cura, pero siente lástima por nosotros y nos calma, sabe que después de apurar la última gota continuaremos sedientos en el desierto, sin cielo ni infierno, sin nada; en el podcast aparece una lectura de "Le llamaban el Cura", extraída de su libro ¡Exteminador! y con fondo sonoro de los Akauzazte, terroristas sónicos que destripan electrónica experimental en los surcos de sus lastimeros discos.  Cierro paréntesis...).

Ah sí! El lenguaje.
Romper la línea de control que lo dirige y da sentido se convertiría en la obsesión del Cura. Su amigo Byron Gysin resultó de gran ayuda.  Burroughs, tras la publicación de The Naked Lunch, abandonó Tánger, para, tras un viaje relámpago a NY para saludar a sus colegas beats y convertirse en cabecilla de un movimiento del que él mismo jamás se sintió parte, decidió marchar a París e intalarse en una habitación del llamado Hotel Beat, junto a su amigo Gysin.  Éste había desarrollado un método, el CUT-UP, que permitiría a Burroughs dinamitar el lenguaje.  Cortar y pegar los textos, doblarlos y recomponerlos en patrones aleatorios, destruyendo su sentido original, liberándolo, desajustándolo de los patrones del discurso oficial posibilitando así nuevas asociaciones, liberando la conciencia. El Cura crea nuevos mensajes de resistencia, mutaciones para joder al virus del control, capaz éste de dominar a las masas manteniéndolas en un permanente estado de necesidad.  El Cura siempre pretendió desenmascarar a los guardianes del conocimiento, convirtiéndose muy a su pesar en un líder de la contracultura...

...los denominados beats, jóvenes rebeldes de los cincuenta que sentaron las bases de lo que más tarde sería el movimiento hippie, gracias a la ruptura con el pensamiento dominante y la tradición, germinando en su hedonista vitalidad lo que se dará a llamar en los sesenta la aparición de la contracultura;  Burroughs actuó como catalizador involuntario seduciendo a los Ginsberg, Kerouac, Corso and company e introduciendo nociones orientalistas y budistas hasta entonces inéditas en las prósperas sociedades capitalistas, confrontando así de paso los valores de ésta y abriéndose a nuevas ideas espirituales. Respecto a los hippies Burroughs fue crítico.  La única flor que el Cura le daría a un policía sería una dentro de una maceta lanzada desde un balcón de un segundo piso.  La condescendencia hippie no conectaba con el espíritu guerrillero e individualista de Will.  Aún así, los melenudos de los sesenta tomaron buena nota del libro de ruta del viejo, poniendo en jaque el american way of life y experimentando con las drogas, como forma de liberación y expansión y como método de rebeldía para desafiar a los estamentos más conservadores de la sociedad.  También de forma transversal, la influencia del Cura caló hondo en el espíritu de los jóvenes punks;  Ios chicos salvajes que sabotean la moderna y podrida civilización occidental, socavando sus cimientos con violencia y aberración, tomaron buena nota de la actitud del escritor;  Ian Curtis y sus Joy Division, que en su primer disco titulaban un tema "Interzone", los ruidistas industriales Throbbing Gristle, liderados por el radicalista Genesis P-Orridge y los Cabaret Voltaire, que practicando dadá para masas con su electrónica experimental pusieron en marcha todo tipo de estrategias de agresión sonora mediante ensamblajes de cintas utilizando el Cut-up como método de trabajo, y sobre todo a nivel de actitud, imponiendo un individualismo inquebrantable que rehuye filiciaciones.  "Lo que me enfurecía de los Sex Pistols era la progresiva homogeneización del uniforme punk entre el público, porque echaba por tierra todo.  Desde luego que con mi aprobación no iban a contar porque aquello demostraba que carecían del concepto de individualidad y que no entendían lo que hacíamos.  Lo nuestro no tenía que ver con la uniformización".  (John Lydon, desde su autobiografía No Irish, No Blacks, No Dogs).  De hecho Juanito Podrido predicó con el ejemplo, y su reinvención en PIL es un ejemplo de integridad con pocos precedentes en el mundo de la música pop. Rotten!!! Tu imagen pública te pertenece...