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Il·lustració Lluís Ràfols www.mongelechiche.com.ar |
La República Invisible y su mensaje se materializan de nuevo en este rincón virtual. Esta vez os proponemos un recorrido por tierras euskaldunes, en un programa doble que se nos antoja esencial. De Euskal Herria han surgido bandas absolutamente necesarias en las últimas décadas. Más allá de su marcado acento autóctono, las propuestas artísticas que de ahí surgen, trascienden fronteras gracias a su calidad y compromiso. Rastrear la historia de la música vasca desde los tiempos de
RIP y
Eskorbuto hasta hoy, con bandas como
Lisabö o
Anari en plena cima de sus capacidades, muestra un mapa sembrado de grandes momentos, una tradición envidiable. Reivindicativos e independientes, estos grupos, con unos rasgos distintivos muy marcados, han alimentado una escena caracterizada por el inconformismo y un alto grado de compromiso, ya sea a nivel sociocultural o artístico, que incluyen un sentido de pertenencia que no es incompatible con la permeabilidad a otras escenas de otros lugares. Raíces e identidad. Integridad. Y progreso, pues a menudo de Euskal Herria han salido agitadores y pioneros que se han convertido referentes claves en la cultura musical de muchos de nosotros. Por supuesto, en las dos horas de radio que os incluimos en esta nueva entrada NO ESTÁN TODOS LOS QUE SON PERO SON TODOS LOS QUE ESTÁN. Destacar también el espíritu colaboracionista de los músicos y bandas de este país, en las que sus miembros se desdoblan en diferentes grupos y proyectos en un proceso creativo que retroalimenta y mantiene fresca una escena incestuosa que se autoabastece y regenera con un profundo respeto a sus ancestros manteniéndose gracias a compañías y sellos independientes que a día de hoy tienen un pedigrí indiscutible.


No pueden faltar aquí valores contemporáneos del calibre de
Lisabö, que con
Animalia Lotsatuen Putzua (BideHuts/2011) han obtenido el reconocimiento merecido a nivel crítico, siendo un grupo a descubrir todavía por el gran público. Desde su primera maqueta (en la que sus raíces en el metal y el hardcore quedan patentes), pasando por
Ezarian (Esan Ozeki/2000), su impresionante primer larga duración en el que ya sentarían las bases de su sonido (dos baterías, guitarras que te cortan y te abren canal y un extraño componente lírico realzado por las letras de
Martxel Mariskal-colaborador esencial en todos los discos de la banda) y entregando lanzamientos espaciados en el el tiempo, sin prisa, no han hecho más que reafirmar su discurso convirtiéndolos en un modelo de honestidad y marca de fábrica inimitable. Continuaron tras su primer larga duración con con
Egun Bat Nonahi (Acuarela Discos/2002), un Ep de corte experimental que puso de relieve su gusto por los sonidos poco acomodaticios y las ganas de avanzar y probar nuevos sonidos. Tras un silencio prolongado reaparecieron en un curioso proyecto que surge de la discográfica Metak, las
PIL-PIL Sessions, que consite en que diversos artistas unan sus fuerzas en la cración de un disco. Bajo el título
Izkiriatituk Aurtiku Ditudan Gurak (2005), numerosos músicos y bandas se juntan con Lisabö para crear un disco que gira entrorno al deseo y al aislamiento del individuo en las sociedades industrializadas.
Experience,
Akauzazte (muy buenos, por cierto),
Anari (te adoro) y
Karlos Desastre (uno de los genios incompendidos de la península) son algunos de los colaboradores en esta iniciativa que nos devuelve al fragor de Lisabö y a su pasión desmedida por la música. En 2007, y ya en BideHuts, nos regalan un aquelarre sónico ensordecedor,
Ezlekuak, que no hace más que confirmar que el poder de esta banda es muy grande. Difícil de digerir y de escucha agotadora, te zarandea, te sacude y cuando el minutaje se agota te encuentras exhausto y terriblemente satisfecho. Ah! en 2008 compartieron single con Inoren Eno Ri, en un siete pulgadas que inicia la serie Coupages, montada por BideHuts y que promete grandes lanzamientos.


Si una banda ha sido decisiva en la gestación del carácter radical y paroxístico de Lisabö, han sido los
Dut, de Hondarribia. Su carrera corta, cuatro discos (uno de ellos es una colaboración con Fermín Muguruza, se me antoja como lo mejorcito que ha salido de tierras vascas, un auténtico salto sin red que tiene en
Askatu Korapiloa (Esan Ozeki/ 2000) su punto álgido, un disco absolutamente arrebatador en el que las fuerzas que se conjugan se rebelan como un ataque sónico sin precedentes. Anteriormente ya habían dado muestras de su calidad en su primer disco, de título homónimo y en su segundo larga duración
At, distribuido también por Esan Ozeki a finales de los 90. Su separación nos dejó huérfanos de uno de los grupos más genuinos aparecidos en los últimos años, sin duda, y dio como resultado un nuevo proyecto,
Kuraia, en el que miembros de
Dut,
El Corazón del Sapo y
Anestesia daban rienda suelta a su vertiente más punk-rock. Lo que comenzó como mero entretenimiento dio como resultado un magnífico primer disco y una serie de actuaciones

que levantaron un eguero de pólvora. La cosa dio más de sí, un segundo álbum titulado
Iluntasunari Barre, más oscuro que el primero, con el que la banda no qeudó tan satisfecha a pesar de contener una buena colección de colecciones, que si bien no superan su debut, te hacen mover el cuerpo a base de bien. Demasiada rabia y resquemor quizás, pero también rock de alto octanaje. Para ventilar la habitación tiempo después publican
Piztu da Piztia, un EP de seis canciones con el que recuperan las buenas vibraciones de los inicios. Su edición en vinilo de 10" es una auténtica delicia (gracias Nicolás!, por conseguírmela y por tantas otras cosas), un Donosti apocalíptico asediado por un Godzilla mutante, todo adocenado en caracteres pop y portada desplegable.


Y también está
Anari, claro. Sus dos primeros discos sirvieron para ponernos sobre aviso: canciones
folk de hondo calado y una voz profundamente conmovedora, con colaboraciones de Mikel (buscadlo actualmente en Enori Nero Ni, antes en los increíbles BAP!! y tocando la batería en Negu Gorriak) y Xabi (de los antes mencionados Dut). Si asomó la cabeza en el mundo de la música tocando la batería en Psych Out (junto con músicos de
Akauzazte-esencial la colaboración de estos con el ya fallecido
Josetxo Anitua, ex-
Cancer Moon), en su puesta de largo se arma con una guitarra acústica para sacar jugo a un puñado de canciones que anticipan un futuro apetitoso. Para
Zebra, su tercer disco, cambia de productor (Karlos Osinaga (Lisabö) sustituye a Kaki Arkarazo(Negu Gorriak)) y también el registro, abrazando el rock acompañada por una banda de lujo: los mismísimos Enori Nero Ni. El resultado es sorprendente, imaginativo y quizás sea lo mejor que ha publicado en su poco prolífica trayectoria. Las comparaciones son inevitables (Pj Harvey, Nick Cave, Cat Power...), pero Anari tiene mucha personalidad y no se debe m´s que a sí misma. Sin duda, Zebra uno de los mejoes discos de 2005. De Anari también destacar su disco conjunto con el navarro
Petti para las
PIL-PIL Sessions (Metak/2003), un EP con cinco canciones espeluznantes que rezuman emoción por los cuatro costados (por cierto, habéis escuchado la reciente colaboración acústica de raíz bluesera que se marca Petti con la Bestia Parda del rock que es
Xabi "Sr. No"?, es total!).
Y que más? El inevitable
Fermín Muguruza (Kortatu y Negu Gorriak y un reguero interminable de colaboraciones), cuyo logro musical más importante ha sido sin duda fundar el sello Esan Ozeki Records, los perseguidos (como otros tantos en Euskal Herria) y censurados
S.A., Enori Nero Ni, El Corazón del Sapo y cruzamos la frontera hacia Francia para rescatar cortes de la saga
Experience/Progamme. Algo más claro, son dos programas, pero pincha el play y descúbrelo tú mismo.
Canciones Programa 18